Nombre – Emmanuel

El nombre de Jesús

ISAÍAS NOS PRESENTA

AL EMMANUEL

Encuentro bíblico a cargo de Luján Manzotti y Gloria Ladislao

Roberto y Gabriela animaron con la música.

PARTIMOS DE LA VIDA

 

 

Pensamos en nuestro nombre o en el nombre de nuestros seres queridos

  • ¿Recordamos qué significa o el por qué de nuestro nombre?
  • Si tenemos hijos ¿cómo fue la elección del nombre de ellos? ¿Tie­nen algún significado especial para nosotros?
  • ¿Hay alguna historia familiar vinculada a los nombres de los miem­bros?

 

LECTURA: QUÉ DICE EL TEXTO
¡Trata de estar calmo, no tengas miedo!

 

Proclamamos:  Is 7,10-14

* Comentamos nuestras primeras impresiones.

* El capítulo 7 se halla dividido en tres partes: vv1-9; vv10-17; vv18-25.

* Primera parte: Identificamos los nombres de personas y países. ¿En qué situación se encuentran el pueblo y el rey de Judá? ¿Qué imágenes se utilizan para describir la situación del pueblo?

* Segunda parte: ¿Qué le ofrece Dios al pueblo en medio de esa situa­ción? ¿Cómo lo expresa el profeta? ¿Cuál es la señal? ¿Qué característi­cas o qué paradoja encierra esa señal en el contexto de la situación que vive el reino de Judá?¿Qué nombre tiene la señal?

* Tercera parte: ¿Cómo toma partido Dios? ¿A quién beneficia la acción de Dios y a quién perjudica? ¿Con qué imágenes se expresa?

* Leemos Mt 1,18-25 ¿Por qué el evangelista elige el texto de Isaías en esta escena para hablar de Jesús?

 

Para seguir profundizando:

* Is. 9, 1 “Sobre aquellos que habitaban en tierra de sombras, una luz resplandeció.”

* Is. 9, 5 “… porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado.”

* Is 11, 1-9  “Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yavé.”

*  Mi 5,2  “… hasta que dé a luz la que debe dar a luz.”

El nombre de Jesús

 

Alrededor del año 722 a. C. , Ajaz, el rey de Judá, se ve amenazado por estos peligros: El imperio asirio expande sus dominios llegando hasta el Reino del Norte, Israel, lo cual, por la cercanía, es un peligro para Judá. A su vez, Israel y el reino arameo de Damasco fuerzan a Ajaz para que se alíe con ellos contra Asiria. Al negarse Ajaz, sitian la ciudad de Jerusalén. El rey está acosado por dos peligros: el del imperio asirio y el de la alianza de sus vecinos siro-efraimitas. Su permanencia en el trono peligra. ¿Qué hacer?

Es entonces cuando el profeta Isaías pronuncia este oráculo:

10 Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:

11 – “Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas”.

12Pero Ajaz respondió:

–  “No lo pediré ni tentaré al Señor”.

13 Isaías dijo:

– “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?. 14 Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emmanuel. 15 Él se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. 16 Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado.

17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no los hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá”. (Is 7,10-14)

Esta profecía, pronunciada en un momento concreto, es una exhortación para que el rey confíe en Dios. Pero Ajaz no confió en la promesa, ofreció sacrificios a los dioses extranjeros y se hizo vasallo de Asiria (2 Re 16).

La promesa conservó su valor para el futuro y alimentó la esperanza de un salvador definitivo. El pueblo de Dios confió en que algún momento se revelaría ese EMMANUEL, en hebreo “Dios con nosotros”.

El nombre en hebreo es Immanuel. Podemos ver el nombre escrito en el recuadro adjunto.

En hebreo se lee de derecha a izquierda. Todos los nombres terminados en EL mencionan alguna característica o algún modo de actuar de Dios. La partícula NU indica la primera persona del plural “nosotros”. Etimológicamente tenemos entonces:

IMMa – NU – EL

junto con  –  nosotros  –  Dios

El nombre Jesús

 

El Angel del Señor revela el nombre del niño a José:

18 Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. 19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. 20 Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».

22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:

23 La Virgen concebirá

y dará a luz un hijo a quien pondrán

el nombre de Emmanuel,

que traducido significa: «Dios con nosotros».

24 Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, 25 y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús. (Mt 1,18-25)

El nombre Jesús en hebreo es Yehoshuá, que significa “Yavé es ayuda” o “Yavé salva”. De ahí la indicación del ángel: El salvará a su pueblo. Yehoshuá se traduce en español como Josué. Este fue el sucesor de Moisés que guió al pueblo en el ingreso a la Tierra prometida. En el Antiguo Testamento hay un libro que lleva su nombre.

Del hebreo Yehoshuá se deriva la forma griega del nombre Iesoûs , de allí el latin Iesus y el español Jesús.

MEDITACIÓN: QUÉ NOS DICE EL TEXTO

 

Compartiendo un cafecito en el recreo

* ¿Cuáles son las señales de la presencia de Dios que encontra­mos a nuestro alrededor? ¿Qué “nombres” tienen esas se­ñales?

* ¿Qué nos vienen a anunciar?

* ¿Hay personas a nuestro alrededor que sean para nosotros “Dios con nosotros”? ¿Cuáles son sus nombres?

* ¿Somos nosotros signo de Dios ante otros?

ORACIÓN y COMPROMISO : QUÉ LE DECIMOS A DIOS
Y A NUESTROS HERMANOS Y HERMANAS

 

* Escribimos en un papelito de color  el nombre de alguna persona que es  en nuestra vida presencia de Dios.

* Pasamos a pegarlo junto al cartel grande que dice “EMMANUEL”. Decimos en voz alta algunos de esos nombres y a cada uno proclamamos juntos:
“Dios con nosotros”.

Con mucha emoción y cariño, pusimos los nombres de las personas que son «señal de Dios» junto al nombre EMMANUEL.

LECTURA COMPLEMENTARIA

La encrucijada del miedo

El contexto evocado en Isaías 7, refleja la fragilidad de Judá y la an­gustia general frente a una posible invasión. El rey Acaz se encontraba en una seria encrucijada, y debía decidir sobre cómo enfrentar esta situación donde estaba en juego nada menos que el estado, su gobierno, y la permanencia de la Casa de David de acuerdo a las promesas de 2Samuel 7.

El miedo no es zonzo y es una primera reacción frente al peligro inmi­nente. La situación exigía respuestas rápidas e ingeniosas, sabiduría práctica y cierta intuición para anticipar reacciones y tendencias de los adversarios; pero el miedo y la angustia también paralizan e impiden actuar con libertad, y es precisamente aquí donde intervino el profeta como portador de una palabra de parte de Yavé. Por otro lado, esta intervención reafirma uno de los aspectos relevantes del perfil del profeta bíblico como es su compromiso ideológico y político, con opiniones y argumentos que establecen su posición frente a situa­ciones muy concretas.

La palabra de Yavé que trae el profeta Isaías al rey Acaz se puede sintetizar con 7,4, “permanece alerta, pero ten calma; no temas ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rasón y de Siria, y del hijo de Remalías”. La alusión a los reyes de Siria y de Israel como “cabos de tizón que humean” representa la situación de estos dos reinos como debilitados, y anticipa su pronta caída (ver los v. 7-8.15-16). De tal manera que el rey debe estar alerta, pero mantener la calma y especialmente no tener miedo.

La palabra profética para enfrentar el peligro es sorprendente pues im­pulsa a Acaz a resistir y mantenerse firme frente al acoso, minimizando la ame­naza de sus vecinos del Norte y sin ninguna reacción inmediata. A su vez, por el contexto, vemos que esta opción es interpretada como la posición de con­fianza en Yavé y de fidelidad a su alianza: “si no os afirmáis en mi no seréis firmes” (7,9), lo cual significa concretamente “si no confiáis en mí, no sub­sistiréis” (ver también 10,24-27).

Almada, Samuel; Miedos, alianzas y esperanzas en torno a Isaías 7,
en RIBLA 61 “Pactos de vida y pactos de muerte”

Espacio Bíblico Palabras con miel

Santuario Jesús Misericordioso   P. I. Rivera 4779, Ciudad de Bs.As.

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Tel: 4545-0351 de 10 a 13 hs.

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 * * *

Material correspondiente al ciclo

DESTELLOS COTIDIANOS

que se emite por Radio María Argentina, lunes 20,30 hs. http://www.radiomaria.org.ar

 

Prof. María Gloria Ladislao

EL NOMBRE

Nombre propio: el que se da a persona, animal o cosa, para distinguirlos de los demás (Definición del Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado).

Para los antiguos, el nombre expresa el papel del ser en el universo. Actuar sobre el nombre de alguien es tener influjo sobre esa persona.

En algunos pueblos de Oriente, cuando una persona sobrevive a una enfermedad grave, se le da un nuevo nombre.

En el contexto bíblico, existe diferente forma de nombrar a varones y a mujeres adultos. Los varones son identificados por el gentilicio, indicando su lugar de origen: Simón de Cirene, Saulo de Tarso, Jesús de Nazaret. Las mujeres son nombradas por la relación familiar con el esposo o los hijos: María la esposa de Cleofás, o María la madre de Santiago y José. María Magdalena es un caso singular, ya que aparece nombrada por el gentilicio, como los varones: María, la de Magdala (un pueblo sobre la costa oeste del Lago de Galilea).

El nombre de Dios:

En el judaísmo rabínico se evita pronunciar directamente el nombre de Dios Yavé; se lo suele reemplazar por Adonay, que significa “El Señor”, o  directamente diciendo “el nombre”. Así por ejemplo en la alabanza “Bendito sea su nombre” (en hebreo “Baruj Ha Shem”).

El Islam reconocer 99 nombres-atributos de Dios, y un modo de oración es repetir la letanía de los 99 nombres. Algunos de ellos: el Compasivo, el Creador, el Poderoso (Al Jalil).

El nombre en los anuncios de nacimientos:
Cuando hay una dificultad humana de concebir (vejez, esterilidad) y además, Dios quiere demostrar algún favor especial con su pueblo, el anuncio del nacimiento del niño se hace a través de un ángel o en sueños. En ese anuncio se describe la misión que tendrá el personaje que recibe el sueño, y la misión del niño que nacerá (cf. Jueces 13 el nacimiento de Sansón).
En Mt 1,18-25, el ángel en sueños le indica a José la misión de ponerle al niño el nombre Jesús. La acción de poner el nombre equivale a nuestra práctica «darle el apellido».

El nombre y la vocación

En todos los relatos de vocación en el evangelio, aquellos que son llamados tienen un nombre propio (cf. Mc 1,14ss Simón y Andrés, Santiago y Juan).

En el evangelio según San Juan, encontramos la especial relación que se entabla entre Jesús y quienes son llamados por él en el discurso del Buen Pastor:

«Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz.» (Jn 10,1-4)

En el encuentro con Jesús Resucitado, María Magdalena reconoce a Jesús cuando El la llama por su nombre. Ella forma parte de su rebaño. Ella reconoce su voz. También para ella hay una misión: ir a anunciar la resurrección.

«Jesús le preguntó:
Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el cuidador del jardín, respondió:
Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.
Jesús le dijo:
María.
Ella lo reconoció y le dijo en hebreo:
Raboní, es decir, Maestro. (Jn 10, 15-16)

Nombres en tiempos de Jesús:

Encontramos nombres tradicionales que remiten a los orígenes del pueblo de Israel: Simón, José, Santiago, María, Sara. Y otros que se popularizaron a partir de la invasión griega: Alejandro, Felipe (Filipos), Andrés, Nicolás.

Un nombre nuevo:
Al vencedor, le daré de comer el maná escondido, y también le daré una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce, fuera de aquel que lo recibe. (Ap 2,17)

 

Apoc 3,12 Haré que el vencedor sea una columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios –la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene de Dios– y también mi nombre nuevo”.

 

Isaías 62, 1 Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré,
hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante
y su salvación, como una antorcha encendida.
2 Las naciones contemplarán tu justicia
y todos los reyes verán tu gloria;
y tú serás llamada con un nombre nuevo,
puesto por la boca del Señor.

Is 65,15 A mis servidores, en cambio,
se los llamará con otro nombre.
16 Todo el que se bendiga en el país
se bendecirá por el Dios del Amén,
y todo el que jure en el país
jurará por el Dios del Amén,
porque las angustias pasadas habrán sido olvidadas
y estarán ocultas a mis ojos.

El nombre de Dios:

En el judaísmo rabínico se evita pronunciar directamente el nombre de Dios Yavé; se lo suele reemplazar por Adonay, que significa “El Señor”, o  directamente diciendo “el nombre”. Así por ejemplo en la alabanza “Bendito sea su nombre” (en hebreo “Baruj Ha Shem”).

El Islam reconocer 99 nombres-atributos de Dios, y un modo de oración es repetir la letanía de los 99 nombres. Algunos de ellos: el Compasivo, el Creador, el Poderoso (Al Jalil).

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