Destellos Cotidianos, lunes 20 de mayo de 2013
LA LUNA, marcando los ritmos de la vida
La luna, como satélite de la tierra, realiza un ciclo de 27/28 días, en que refleja de diversas maneras la luz del sol. Las fases de la luna – creciente, llena, menguante, nueva – dan lugar a un simbolismo que habla de desarrollos y cambios, y así la luna puede ser imagen de lo mutante. Pero al mismo tiempo, dado que este ciclo se repite, se encuentra en el orden de lo invariable y perenne: Durará tanto como el sol, como la luna de edad en edad (Sal 72,5).
El ciclo de 28 días asocia a la luna con el mundo biológico, y particularmente con el ciclo de la mujer. Su influencia se manifiesta sobre el agua en el movimiento de las mareas, y sobre la tierra en los ritmos de la siembra y la fertilidad.
La figura de la diosa Luna es común a muchas religiones. También puede ocurrir que sus atributos se confundan con el de otras diosas femeninas, como en el caso de los misterios de Isis. En el desarrollo del culto a Isis, en un momento esta diosa egipcia es identificada como la Reina de los Cielos, aparece con una pureza brillante, coronada con la luna y adornada con estrellas, frutas y flores:
“Mírame Lucio, estoy conmovida por tus ruegos. Soy la Madre de la Naturaleza, la Señora de todos los elementos, la primera Progenitora de las edades, la Suprema entre todas las divinidades, la Reina de los muertos, la Primera entre los seres celestiales, la Figura semejante a los Dioses y a las Diosas. Con una inclinación de mi cabeza, gobierno las alturas del cielo en su claridad, los vientos saludables del mar, los silencios mortuorios del mundo subterráneo. Todo el mundo adora mi divinidad, única en su género, en muchas formas, según ritos variados, bajo nombres diversos. (…) Los etíopes que los primeros rayos del sol naciente iluminan, los arios y los egipcios, sabios por antiguas tradiciones, me honran con ritos que son los apropiados para mí y me llaman con mi verdadero nombre, reina Isis.” ( El asno de oro, obra de Apuleyo, escritor romano del siglo II)
La luna, astro creado por Dios al servicio de la humanidad
14 Dios dijo: “Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, 15 y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra”. Y así sucedió. 16 Dios hizo los dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche– y también hizo las estrellas. 17 Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, 18 para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. 19 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día. (Gén 1,14-19)
6 También la luna, siempre en el momento preciso, marca las épocas y señala los tiempos.
7 Su curso determina las fiestas: es un astro que decrece después de su plenilunio.
8 De ella recibe su nombre el mes; ella crece admirablemente en sus ciclos,
es la insignia de los ejércitos acampados en las alturas, que brilla en el firmamento del cielo. (Eclo 43,6-8)
La Biblia tiene mucho cuidado al nombrar a los astros del cielo, para evitar el politeísmo. Los astros han sido creados para marcar los tiempos y señalar las fiestas (Ver más abajo sobre la luna llena).
En la literatura apocalíptica, los cambios en la luna y los eclipses son interpretados como señales del día de Yavé. Este será un día de juicio, de victoria de Dios sobre todos sus enemigos, y de alegría para los humildes.
10 ¡Ante él, la tierra tiembla,
los cielos se conmueven,
el sol y la luna se ensombrecen,
las estrellas pierden su brillo!
11 El Señor hace oír su voz
al frente de sus tropas:
¡qué numerosos son sus batallones,
qué poderoso el que ejecuta su palabra!
Porque el Día del Señor es grande y terrible:
¿quién podrá soportarlo? (Joel 2,10-11; ver también 3,4-5 y 4,15-17)
24 En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, 25 las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. 26 Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. 27 Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. (Mc 13,24-27)
En la batalla final, aparece la mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies
1 Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. 2 Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz. 3 Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. 4 Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. 5 La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, 6 y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio para que allí fuera alimentada durante mil doscientos sesenta días. (Ap 12,1-6)
Existen varias interpretaciones sobre la figura de esta mujer. Siguiendo los anuncios proféticos, puede ser la nueva Sión que da a luz al nuevo pueblo; también puede ser la comunidad escatológica, la iglesia, en la cual el número de doce estrellas simboliza que no falta nadie, que el pueblo está completo. Y también puede ser figura de María, que, según la tradición católica, fue asunta al cielo y ahora allí está “vestida de sol” (sólo Dios puede hacer un vestido de sol), coronada de estrellas y con la luna – símbolo femenino – a sus pies.
Con la luna llena
y la cítara armoniosa, junto con el arpa.
¡Toquen la trompeta al salir la luna nueva,
y el día de luna llena, el día de nuestra fiesta! ”
Se completa con la página “Pascua en la noche”.
Tan hermoso gracias Dios por que puedo leer esto emocionarme y llorar gracias Profesora que Dios la bendiga por siempre
¡Gracias por tus palabras Stella Maris!
La Virgen María te acompaña siempre.
Cariños y bendiciones
Gloria