Apuntes I

Apuntes Saboreando en PDF

CANON NUEVO TESTAMENTO

 

 CANON BIBLIA JUDÍA

 

DEUTEROCANÓNICOS. IDIOMAS Y VERSIONES DE LA BIBLIA. SOBRE LOS APÓCRIFOS.

DEI VERBUM

INTERPRETACIÓN

CLASE 6: LA LECTURA ORANTE

I. La Palabra que alimenta

Los géneros literarios

«Para comprender lo que el autor sagrado quiere afirmar en sus escritos, hay que tener muy en cuenta aquellos modos primitivos de pensar, hablar y narrar que se usaban habitualmente en los tiempos del hagiógrafo (escritor de textos sagrados), así como también a los que en aquel tiempo se solían emplear en la conversación ordinaria.» (Dei Verbum nro. 12)

Qué es un género literario:

Configuración lingüística típica, condicionada por las circunstancias.

El género literario es una forma determinada de escribir, que refleja la intención del autor y el ambiente de vida en que se encuentra. También hoy en día usamos distintos géneros literarios para expresar distintas realidades. Por ejemplo: no es lo mismo una carta de amor que una denuncia policial. Cada género literario tiene sus expresiones propias, su vocabulario, y también su «molde» o estructura, como en el caso de una carta comercial o una noticia policial. Existen frases hechas, modismos, a los cuales el escritor recurre para expresarse.

En una clasifición amplia, que luego se dividirá en sub-géneros, podemos señalar que los grandes géneros literarios de la biblia son: histórico, profético, jurídico-legal, sapiencial y poético. Estos se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento debemos agregar, por su importancia, el género epistolar, las cartas.

Algunos ejemplos de Géneros literarios del Antiguo Testamento

* Histórico                                I Crón 6, 39-45

* Profético                                Am 6, 1. 4-7

* Jurídico-Legal                        Lv 19, 9-14

* Sapiencial                               Prov 1, 8-10

* Poético: cantos y oraciones     Ct 5, 10-16

Sal 104 (103) 1-2 a . 19-23

Algunos ejemplos de Géneros Literarios del Nuevo Testamento

* Histórico: a este género pertenecen gran parte de los relatos del evangelio. A su vez, el evangelio como tal es un género literario propio.

* Profético: lo usa Jesús recurriendo al estilo de los profetas, por ejemplo en las lamentaciones «¡Ay de ustedes, guías ciegos!» Mt 23, 16. Uno de sus sub-géneros es el apocalíptico.

* Epistolar: representado por distinto grupo de cartas.

* Sapiencial: en forma de consejos y advertencias, lo hallamos en palabras de Jesús y en consejos de las cartas. Por ejemplo las bienaventuranzas, que felicitan a personas que cumplen con determinadas condiciones, pertenecen a este género.

* Poético: se halla en diversos himnos y oraciones del Nuevo Testamento, por ejemplo en el Magnificat de María, Lc 1, 46ss.

Este material forma parte del Curso Básico del Espacio Bíblico Palabras con miel.

        Etapas de formación de la Biblia

Primer momento:   el hecho  histórico

Segundo momento:  la memoria del acontecimiento

Tercer momento:   la escritura y redacción

 

BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL

La Biblia, con introducciones, notas, mapas y comentarios

Dei Verbum, Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II

http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

Camino y memoria del pueblo de la Biblia, Ed. C. Bíblico Ecuménico, Bs.As., 2002

Encuentros de iniciación bíblica, Fundación Palabra de Vida, Bs.As.

Los libros y la Historia de la Biblia, Luis H. Rivas, Ed. San Benito, Bs.As., 2001

Nueva Colección Bíblica, AA.VV., Ed. Claretiana, Bs.As.

Orar con la Palabra de Dios, Conferencia Episcopal Argentina, 2003

SITIOS DE INTERNET

www.buenasnuevas.com/biblia                                                    www.servicioskoinonia.org

www.palabrasconmiel.wordpress.com                                         www.sobicain.org

LA RELACION ENTRE EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

EL CANON

LA BIBLIA JUDÍA

Un rollo de la Toráh
Un rollo de la Toráh

LA LEY   (en hebreo la  Toráh)

Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio. Porque son cinco libros se le llama también Pentateuco. Esta es la parte más importante para los judíos; de allí se toma – y ya era así en tiempos de Jesús- la lectura que se hace en la sinagoga.

LOS PROFETAS

PROFETAS ANTERIORES O HISTORIA PROFÉTICA: Josué, Jueces, I y II Sa­muel, I y II Reyes.

PROFETAS POSTERIORES O ESCRITOS PROFÉTICOS: Isaías, Jeremías, Eze­quiel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías.

Estos libros son testimonio de la actuación y predicación de los profetas, y la mayor parte  fue escrita por los discípulos de los profetas.

LOS OTROS ESCRITOS

Todos los libros restantes, que forman  un conjunto variado de libros de poesía, de historia, de sabiduría y  de novelas:

Salmos, Job, Proverbios, Ruth, Cantar de los Cantares, Eclesiastés (o Qohelet), Lamentaciones, Esdras, Nehemías, y I y II Crónicas. También las secciones hebreas de Esther y Daniel.

El judaísmo considera estos libros en tercer lugar de importancia, luego de la Ley y los Profetas (cf. Lc 24,44). De este  conjunto de «los otros escritos» hay que destacar – como también hace el judaísmo – la importancia del libro de los Sal­mos,  el «cancionero» de la religión judía. Jesús, durante toda su vida, ya fuera en la sinagoga o en el Templo cuando asistía a la liturgia, como en su oración perso­nal, cantó y oró con los salmos. Cuando rezamos un salmo  estamos rezando con palabras que usó Jesús.

LOS LIBROS DEUTEROCANÓNICOS

Se denomina así a un grupo de libros que  los judíos no aceptaron como libros inspirados. No se encuentran ni en las Biblias judías ni en las Biblias protestantes.

Todas las Biblias católicas tienen estos libros. Son: Tobías, Judith, I y II de Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico (o Sirácida) y Baruc. También las secciones griegas de Ester y Daniel son deuterocanónicas.

CANON DE EL NUEVO TESTAMENTO 

  • 4 EVANGELIOS : palabra en griego que significa “buena noticia”.
    Mateo-Marcos-Lucas-Juan
  • Hechos de los Apóstoles: los inicios de la iglesia hasta el año 62 d.C.
  • CARTAS
    * Paulinas: se atribuyen al apóstol San Pablo y casi todas fueron escritas a comunidades o personas que él conoció.
    *  A los Hebreos: carta de autor anónimo, que presenta a Jesucristo como sacerdote.
    *  Católicas: palabra griega que significa “universal”. Escritas hacia finales del siglo I.
  • APOCALIPSIS: palabra griega que significa “revelación”. Este libro nos hace mirar con esperanza la vuelta de Jesucristo al fin de los tiempos.

 

 

 

LAS PARTES DE LA BIBLIA

(I)

LA LEY DE MOISÉS

Muchas veces en los evangelios escuchamos que Jesús y los maestros discuten sobre «la Ley de Moisés». Esta «Ley de Moisés», o, simplemente, «La Ley», es la primera parte de la Biblia, que los judíos llaman en hebreo la Toráh. Está formada por cinco libros, por eso se le llama también Pentateuco. Estos cinco libros son: Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

La Ley de Moisés no fue escrita en forma ordenada y cronológica, sino que en realidad reúne escritos de muy diversas épocas y diversos autores. Alrededor del año 450 a.C. un grupo de escribas recopiló esos textos y los agrupó, teniendo en cuenta el plan de Dios para su pueblo. Por eso al principio encontramos el libro del Génesis, que nos da una visión sobre el origen de la humanidad y la formación del pueblo de Israel, a partir del clan de Abraham y Sara. En el libro del Exodo, conocemos la profunda experiencia de Dios liberador, que sacó al pueblo de la esclavitud de Egipto. Los libros del Levítico, Números y Deuteronomio, desarrollan el camino por el desierto y el modo en que se fue consolidando la Alianza entre Dios y nuestros antepasados. 

Como los maestros de su época, Jesús enseñaba tomando como base la Ley de Moisés. El quería que la gente volviera a descubrir el verdadero sentido de la Palabra de Dios, que había sido desvirtuada por algunos grupos que se habían quedado en la letra sin descubrir el espíritu de la Ley. Jesús nos da la clave para leer la Ley e interpretarla. El nos enseña que amar a Dios y amar al prójimo es el resumen de toda la Ley. Y nos dice: » No piensen que vine a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17).

(II)

LOS PROFETAS

Los libros de los PROFETAS ocupan una gran parte del Antiguo Testamento. Los profetas y profetisas comenzaron a surgir en Israel una vez que el pueblo estuvo establecido en la Tierra Prometida (alrededor del año 1200 a.C.).
Profetas y profetisas fueron personas que tuvieron una fuerte e íntima experiencia de Dios, y desde ese encuentro personal con el Señor podían hablar a su pueblo. Así lo hizo por ejemplo la profetisa Déborah para reunir a las tribus (Jueces caps. 4 y 5), o el profeta Natán para denunciar el pecado del rey David (2do. libro de Samuel caps. 11 y 12).
La palabra profética no fue dicha solamente para anunciar promesas que Jesús cumpliría en el futuro, sino que era una palabra proclamada de parte de Dios, para que el pueblo caminara en fidelidad a la Alianza. Isaías, Jeremías, Ezequiel y todos los profetas, hacían ver a sus contemporáneos cuál era la voluntad de Dios en ese momento. Y anunciaban que Dios es siempre fiel a su palabra. El mensaje profético del Antiguo Testamento sigue siendo actual: denuncia el pecado y anuncia la salvación. Cuando leemos las palabras de los profetas, somos exhortados a encontrarnos con Dios sin hipocresía y de todo corazón.
Por eso, también Jesús tomó las palabras de los profetas para enseñar y predicar. Tomando frases del profeta Oseas (cap 6,6), Jesús nos recuerda que toda la Palabra de Dios tiene su centro en el amor. Y así, respondiendo a quienes lo criticaban porque se juntaba con pecadores, les respondió:
Vayan y aprendan qué significa: «Yo quiero amor y no sacrificios». Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.» (Mt 9,13)

LAS PARTES DE LA BIBLIA (III)

LOS OTROS ESCRITOS

EL Antiguo Testamento puede ser dividido sencillamente en tres partes:
1. El Pentateuco o Ley (en hebreo la Toráh)
2. Los profetas
3. Los otros escritos

Este tercer conjunto de «los otros escritos» reúne libros diversos y escritos en diferentes estilos literarios. Así, encontramos poemas de amor como el Cantar de los Cantares, libros sapienciales (de sabiduría) como el libro de los Proverbios, relatos sobre personas que participaron en la experiencia de salvación, como Ruth (la bisabuela del rey David), y narraciones históricas que nos van presentando cronológicamente la vida del pueblo, como los libros de las Crónicas.
Dentro de este conjunto de «los otros escritos» se destaca el libro de los Salmos. Este libro recopila 150 oraciones cantadas, que fueron compuestas en distintos momentos de la historia del pueblo de Israel. Encontramos allí todo tipo de oraciones: de alabanza, de súplica, de arrepentimiento y de acción de gracias. El libro de los Salmos es como el «cancionero» que tenían los judíos en tiempos de Jesús.
Los sábados, en las sinagogas, cuando se juntaban a meditar la Sagrada Escritura, rezaban con los salmos. Y en las grandes fiestas, cuando iban peregrinando al Templo de Jerusalén, también caminaban cantando, como encontramos en el Salmo 122:

¡Qué alegría cuando me dijeron
vamos a la casa del Señor!
¡Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén!

Jesús, durante toda su vida, participó de estas celebraciones, cantando y orando con los salmos. Cuando rezamos un salmo, estamos rezando con las palabras que Jesús usó toda su vida para dirigirse al Padre.

PARTES DE LA BIBLIA, NUEVO TESTAMENTO

(IV) EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS

Solemos utilizar la palabra Evangelio para referirnos a dos cosas.

* En primer lugar, la palabra “Evangelio” expresa nuestra fe, nuestra vida, y nuestra misión. Así, es muy común que salgan de nuestra boca frases como “vivir el Evangelio”, “creer en el Evangelio”, “anunciar el Evangelio”. En este sentido la palabra tiene una gran fuerza vital, un impulso salvador para nosotros y para los otros.

Y así lo entendió también la primera comunidad cristiana, escuchando a Jesús que nos invita a seguirlo y “a perder la vida por mí y por el Evangelio” (Mc 8,35; 10,29). Esta es justamente la expresión que nos identifica como cristianos: vivimos y anunciamos el Evangelio.

Evangelio es la vida nueva que Dios nos da, que vivimos, y anunciamos a todos. Es la posibilidad de un mundo diferente, de amor y solidaridad. Es cambiar esta realidad dolorosa por la alegría de la Salvación.

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* En segundo lugar, la palabra Evangelio indica el final del proceso de la predicación. A medida que crecían las comunidades, los primeros cristianos se dieron cuenta de que su predicación no debía perderse. Fue así que, recopilando frases, dichos, y relatos de Jesús construyeron una obra literaria muy original, porque no era ni una biografía, ni el relato de un mito. Se trataba de la puesta por escrito del Evangelio, la Buena Noticia, de Jesús.

Sin saber cómo titular este nuevo género, Marcos se animó a llamarlo, también, Evangelio. Y justamente así comienza su libro: “Comienzo del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios” (Mc 1,1). Y fue tan bien aceptado el nombre para esta obra, que muy pronto se llamó de la misma manera a otros escritos similares: los textos de Lucas, Mateo y Juan, recibieron también el nombre de “Evangelio”.

El evangelio, podemos concluir, es nuestra vida y lo que anunciamos. Y en cuanto escrito es UNO, redactado en CUATRO VERSIONES, y en él encontramos la mejor forma de escuchar y vivir a Jesús, de conocerlo y seguirlo.

(V)  LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Recibirán la fuerza del Espíritu Santo  que descenderá sobre ustedes,  y serán mis testigos en Jerusalén,  en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.” (Hch 1,8)

El Evangelio de Lucas y el Libro de los Hechos forman una obra en dos tomos. En el libro de Hechos, luego de la fuerza del Espíritu, Pablo es el personaje más importante. Es el principal responsable de llevar la Buena Noticia de Jesús hasta los confines de la tierra.

Así como el evangelio se centra en la vida de Jesús, el libro de Hechos de los Apóstoles es una catequesis del Espíritu que se manifiesta y se hace visible en la vida de la primera iglesia.

No podemos leer el libro de los Hechos al pie de la letra, como si se tratase de una historia. Estamos ante una reflexión de las comunidades. El libro ubica el inicio de las comunidades cristianas en Jerusalén. Su perspectiva es mostrar cómo Jerusalén es el punto de partida de la Buena Nueva llevada por Pablo, y desde ahí hasta los confines de la tierra, con la fuerza del Espíritu (Hch 1,8).

Si el evangelio de Lucas presenta el camino del Mesías, la llegada del Reino y la revelación de la voluntad del Padre; Hechos describe el camino de la Palabra, anunciada y vivida por la iglesia, llamada a testimoniar a Jesús en el mundo entero. Las comunidades son guiadas por el Espíritu Santo, continuación de la presencia de Jesús en medio de sus iglesias.

Hechos quiere ayudar a aceptar la comunión de mesa. Insiste en decir que Dios no hace acepción de personas (Hch 10,34-35). Podemos ver en el Libro de los Hechos como poco a poco, en la vida de las comunidades la casa va sustituyendo al templo.

Por último, como Hechos se dirige a comunidades en donde hay pobres y ricos, sus autores exhortan a compartir los bienes. Parecería ser esta la condición para que los ricos puedan ser cristianos y participar de la comunidad: 4,32-5,11. Hechos de los Apóstoles invita a  nuevas prácticas de solidaridad. En torno a la mesa cristiana se quiebran todas las jerarquías: todas las personas poseen la misma dignidad, comen la misma comida y son tratadas del mismo modo.

(VI) LAS CARTAS

Se subdividen en tres grupos: Cartas Paulinas, Carta a los Hebreos (de autor anónimo) y Cartas Católicas.

CARTAS PAULINAS

Cuando hablamos de Cartas Paulinas hacemos referencia a las cartas que el mismo San Pablo ha escrito o ha dictado y que ponen de manifiesto la relación que tenía con las comunidades o con personas determinadas de esas comunidades. Como apóstol y misionero, San Pablo fue viajando y fundando comunidades cristianas con las que se mantuvo en contacto por medio de estas cartas.
Hay una relación afectiva (positiva o negativa) con las comunidades a quienes se dirige. Y también hay referencias y saludos a personas concretas.
Las Cartas de Pablo son:
·         Romanos
·         Primera y Segunda a los Corintios,
·         Gálatas
·         Filipenses
·         Primera a los Tesalonicenses
·         Filemón

Una característica que sobresale en estos escritos es el conocimiento que Pablo tiene de las comunidades y que le permite hacer recomendaciones, dar consejos, responder a inquietudes y preocupaciones. Esto muestra el espíritu misionero de Pablo: se adentra en las cuestiones de las comunidades que visita, se preocupa por lo que viven. No es un simple voy, miro y a otra cosa. Pablo se mete en la vida de la comunidad y guarda recuerdos de personas y de situaciones.
“Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo. Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora.” (Flp 1,3-4)
En las misas de los domingos, muchas veces la segunda lectura está tomada de las cartas paulinas. Allí escuchamos el mensaje para vivir en comunidad hoy.

CARTA A LOS HEBREOS

Carta de autor anónimo, que presenta a Jesucristo como Sumo Sacerdote.

LAS CARTAS CATÓLICAS

Casi llegando al final del Nuevo Testamento, nos encontramos con un grupo de cartas llamadas «católicas». Se les dio este nombre para diferenciarlas de las cartas paulinas. Las cartas paulinas se reconocen por el nombre del destinatario a quien van dirigidas, sea una comunidad o una persona (Carta a los Romanos, Carta a Tito, etc.). En cambio, en el caso de estas últimas cartas no conocemos al original destinatario, por eso se las llamó «católicas» que en griego significa «universales».

Estas cartas se identifican por el nombre de su remitente:

Carta de Santiago
1a. y 2da. Carta de Pedro
1a., 2da. y 3ra. Carta de Juan
Carta de Judas (no el apóstol, sino otro discípulo de Jesús que se llamaba así).

Los estudiosos consideran que estas cartas fueron escritas hacia finales del siglo I, cuando muchas comunidades cristianas sufrían la persecución del Imperio Romano y la dificultad de vivir en una sociedad hostil al cristianismo. Las cartas nos hablan de perseverar en la fe, a pesar de los «anticristos» que aparecen. Con la palabra «anticristo» no se quiere nombrar a ningún ser misterioso o diabólico (como aparece en las películas) sino a aquellos que niegan a Jesucristo y su Evangelio, y que muchas veces están infiltrados en la Iglesia.

En medio de todas estas dificultades, los cristianos somos exhortados a vivir en el amor:
«Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor» (1 Jn 4,7-8).

(VII) APOCALIPSIS

APOCALIPSIS
Cantar la vida cuando nada parece hacerlo posible

En el primer capítulo del Apocalipsis, Jesús se nos presenta con estas palabras: «No temas, soy yo, el Primero y el Último, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos» (Ap 1,18). Esta presentación de Jesucristo Resucitado ya nos anticipa el mensaje que encontraremos en el libro.

Después de la gran visión inaugural de Jesús Resucitado (1,9-20), el Apocalipsis continúa presentando la realidad de las comunidades cristianas del siglo I dentro del Imperio Romano (caps. 2-3). El autor despliega una lectura de la historia en clave simbólica a modo de un juicio tejido desde el cielo (caps. 4-5). Este modo tan especial de pensar la realidad nace de la experiencia de martirio y muerte entre los primeros seguidores y seguidoras de Jesús, en las persecuciones del Imperio Romano realizadas por Nerón primero (año 70 aproximadamente) y Domiciano después (en torno al año 100). Este libro nace como grito de esperanza en las fronteras de la vida, justamente cuando aquellos creyentes se encontraban amenazados a causa de su fe.

En distintas circunstancias de la vida nos toca a nosotros buscar la forma de resistir con esperanza en medio del dolor: la muerte de un ser querido, las dificultades cotidianas, y también el rechazo y la hostilidad a nuestra fe, nos llevan a situaciones similares a las que vivieron aquellas primeras comunidades cristianas.

El Apocalipsis -palabra que en griego significa, justamente, revelación- nos revela un modo de mirar la historia que va más allá de la razón. Que quiere despertar una praxis de resistencia y esperanza en medio de la muerte. Y para eso, con todos sus simbolismos, este texto despliega colores, imágenes y sensaciones.

Mucha gente cree que el Apocalipsis narra el fin catastrófico de nuestra historia. Pero no es así. El Apocalipsis sostiene la vida en medio de la muerte, hasta el final. Hasta que la victoria de Jesús sea un sin fin para todos y para todas. «Y allí no habrá llanto, ni muerte, ni fatiga, ni dolor porque Él enjugará todas nuestras lágrimas» (Ap 21,4).

LAS TRADUCCIONES DE LA BIBLIA

ANTIGUO TESTAMENTO                                                 NUEVO TESTAMENTO

hebreo                                                                               griego

Setenta (LXX)  AT en griego   S. II a.C.

Vulgata  latín   S. IV d.C.   San Jerónimo y   colaboradoras

Algunas traducciones al español

Casiodoro de Reina   y Cipriano Valera

protestantes

1569-1602

Nácar-Colunga(BAC, España) 1964

La Santa Biblia  (Ed. Paulinas, España) 1964

Biblia de Jerusalén  (Ed. DDB, España) 1967

Biblia Latinoamericana, 1974

 Libro del Pueblo de Dios   (Argentina) 1981

Biblia del Peregrino- de nuestro pueblo   (España, Am. Latina) 2006

CÓMO LEER LA BIBLIA

PRIMER PASO: LECTURA del texto. Compartir nuestras primeras impresiones.

Para profundizar la lectura usamos algún Método  exegético:  conjunto de procedimientos   científicos puestos en acción para explicar los textos.

Métodos literarios: estudian  el texto tal cual está, analizando su estructura interna.

Métodos históricos: estudian el texto, su autor y su entorno desde una perspectiva histórica.

PARA UN ESTUDIO LITERARIO

2)       Señalar palabras  o expresiones que se repiten, se relacionan o se oponen.

3)       Observar las indicaciones de lugar : ¿hay cambios, movimientos?

4)       Observar las acciones: ¿están en pasado, presente, futuro?

5)       En un texto no narrativo (discurso, carta):  Observar qué tipo de oraciones usa el texto: ¿interroga, afirma, ordena, supone…?

6)       Observar el contexto inmediato: ¿qué hay antes, qué hay después? ¿Hay alguna relación entre estos textos?

7)       Esta herramienta sólo sirve para las narraciones: Señalar a todos los actores: qué hacen y qué dicen. Tener en cuenta que al comienzo de un relato generalmente hay una carencia o necesidad a cubrir. Alguien (persona o grupo) busca algo. El relato termina cuando se ha colmado esa búsqueda. ¿Qué transformación se ha operado entre el comienzo y el final del texto? ¿Quién o qué ha colaborado en esa tranformación?

PARA UN ESTUDIO HISTÓRICO (Muchos de estos datos los encontramos en la introducción de la Biblia o en las notas.)

8)       ¿Qué sabemos del autor de este texto?

9)      ¿Qué sabemos de la época histórica que le tocó vivir al autor, o en la cual se ubica la acción del texto? A nivel  político, social, económico, religioso, etc.

10)   ¿Se refiere el texto a alguna realidad de la comunidad para la cual va dirigido?

11)   ¿El autor utiliza algún género literario de la época? ¿Para qué se usaba ese género literario?

12)   ¿Aparece alguna palabra con un sentido simbólico?

13)   ¿El texto se inspira en otros escritos? Pueden ser de literatura de otros pueblos, de la misma Biblia (cuando el  Nuevo Testamento cita el Antiguo) o de las tradiciones judías o helenistas.

14)   ¿Tiene este texto algún paralelo? Observar los parecidos y las diferencias. ¿Qué aspecto del mensaje resalta cada uno de esos textos?

SEGUNDO PASO: MEDITACIÓN. Buscamos el mensaje que este texto tiene   hoy para nuestras vidas.

Para profundizar la meditación usamos algún Método de
Hermenéutica o Acercamiento contextual: Búsqueda orientada según un punto de vista particular.

Las hermeneúticas modernas trabajan desde distintos puntos de vista, según la situación de las distintas personas: hermeneútica liberacionista o lectura popular de la Biblia, hermeneútica feminista y lectura desde las mujeres, hermeneútica desde los jóvenes, hermeneútica indígena, etc.

(Guía adaptada de “Iniciación a la Biblia”, Centre Saint Dominique, Ed. Verbo Divino, 1979)

 

Extractos del

Discurso a los miembros

de la Pontificia Comisión Bíblica

Papa Francisco, 12 de abril de 2013

Las Sagradas Escrituras  son el testimonio escrito de la Palabra divina, el memorial canónico que atestigua el acontecimiento de la Revelación. Por lo tanto, la Palabra de Dios precede a la Biblia y la sobrepasa. Por eso el centro de nuestra fe no es solamente un libro, sino una historia de salvación y sobre todo una persona, Jesucristo, la Palabra de Dios que se hizo carne. Precisamente porque el hori­zonte de la Palabra divina abraza las Escrituras y se extiende más allá de ellas, es necesaria la presencia constante del Espíritu Santo que guía a toda la verdad.

Es necesario situarse en la corriente de la gran Tradición que, con la ayuda del Espíritu Santo y la guía del Magisterio, ha reconocido los escritos canónicos como Palabra dirigida por Dios a su pueblo y no ha cesado nunca de meditarlos y descubrir su riqueza inagotable.

La interpretación de las Sagradas Escrituras no puede ser solamente una labor científica indivi­dual, sino que siempre debe ser confrontada, insertada y autenticada con la tradición viva de la Iglesia. Esta norma es decisiva para precisar la relación correcta y recíproca entre la exégesis y el Magisterio de la Iglesia. Los textos inspirados por Dios han sido confiados a la Comunidad de los creyentes, a la Igle­sia de Cristo para alimentar la fe y guiar a la vida de caridad.

VERBUM DOMINI, Exhortación Apostólica Postsinodal sobre la Palabra de Dios
en la vida y en la misión de la Iglesia. Papa Benedicto XVI, 30 de Septiembre de 2010

Lectura orante de la Sagrada Escritura y «lectio divina»

86. El Sínodo ha vuelto a insistir más de una vez en la exigencia de un acercamiento orante al texto sagrado como factor fundamental de la vida espiritual de todo creyente, en los diferentes ministe­rios y estados de vida, con particular referencia a la lectio divina.

En efecto, la Palabra de Dios está en la base de toda espiritualidad auténticamente cristiana. Con ello, los Padres sinodales han seguido la línea de lo que afirma la Constitución dogmática Dei Ver­bum: «Todos los fieles… acudan de buena gana al texto mismo: en la liturgia, tan llena del lenguaje de Dios; en la lectura espiritual, o bien en otras instituciones u otros medios, que para dicho fin se organi­zan hoy por todas partes con aprobación o por iniciativa de los Pastores de la Iglesia. Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración».

La reflexión conciliar pretendía retomar la gran tradición patrística, que ha recomendado siem­pre acercarse a la Escritura en el diálogo con Dios. Como dice san Agustín: «Tu oración es un coloquio con Dios. Cuando lees, Dios te habla; cuando oras, hablas tú a Dios». Orígenes, uno de los maestros en este modo de leer la Biblia, sostiene que entender las Escrituras requiere, más incluso que el estudio, la intimidad con Cristo y la oración. En efecto, está convencido de que la vía privilegiada para conocer a Dios es el amor, y que no se da una auténtica scientia Christi sin enamorarse de Él.

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18 pensamientos en “Apuntes I

  1. muchas gracias Gloria , me vino muy bien estas hojitas porque asi lo paso a un cuaderno nuevo. gracias de todo corazon.
    un beso grande

  2. Estoy iniciando el primer año del diaconado permanente y me parece muy interesante y formativos estos apuntes. bendiciones y gracias. javier

    • Querida María Angélica:
      Todas las versiones de la Biblia que se venden hoy en día en librerías son buenas. Tal vez conviene tomar algún criterio común en la parroquia o comunidad, eligiendo entre las que se ofrecen.
      Cariños
      Gloria

  3. Pingback: Los miércoles « Palabrasconmiel's Weblog

  4. querida gloria te conozco a travez de la radio , te escucho los dias lunes, y me anime a escribirte xq tus temas son muy claros y llenos de imagenes propias q me permiten comprender . vivo en tucuman . sabes q lo q me movilizo a escribirte es q mi hija tiene q preparan una ambientacion sobre el pan y esto es desde la connotacion biblica y cotidiana. yo estaba buiscando este sitio y la verdad q no tenes este titulo . keria pedirte si x favor podes darme algunas notas. MUCHAS GRACIAS. LA PAZ

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  6. Gloria querida, vamos a dar unas charlas de Biblia en San Martín de los Andes. Estamos preparando algún material para trabajar aquí y no podés imaginarte cómo te recordamos a partir no solamente de tus conocimientos sino también de tu didáctica y de las profesoras que te acompañan. GRACIAS, GRACIAS, GRaCIAS

    • Qué lindo! La Palabra de Dios resonando por el sur. Usen todo lo que venga bien de los apuntes y del material de la página, a aprovecharlo!
      Un gran cariño para ustedes! Feliz y Bendecido 2016.
      Allá se escucha Radio María en el 93.3, sigo haciendo el programa los lunes 20,30 hs.
      Besos!
      Gloria

  7. Hola Querida Gloria muy lindo tus programa de radio Maria hace mucho te escucho, y muy lindo muy claras tus explicaciones muy linda esta pagina, que uso de consulta en algunos temas. bendiciones

  8. Hola Gloria, soy Teresa de Gualeguaychu(nos sacamos una foto juntas), estuvimos de visita el miércoles 26 en peregrinación al Santuario de Jesús Misericordiosos. Vine derechito a ver la página y no me dan los ojos para leer tantas cosas hermosas que publican.
    Quisiera guardar todo, pero comprendo que es mejor ir masticando la información junto a la Palabra. ¡Y eso voy a hacer! No sé si me voy a acordar pero algo va a resonar.
    Gracias por tu alegría, por tu humildad y felicitaciones por todo el servicio maravilloso.
    El Señor te ha dado un don especial y la gracia de transmitir. Muchas bendiciones y hasta prontito. Unidas en la oración.
    Teresa

    • Gracias por tus palabras Teresa! Nos alegra mucho que el material de la página sea útil; lo fuimos armando entre todos los profes.
      Sigamos saboreando la Palabra de Dios. ¡Y hasta cualquier momento!
      Cariños y bendiciones
      Gloria

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